Llega la pubertad y, con ella, el uso del sujetador. Una prenda que en teoría sostiene nuestro pecho y que inmediatamente se convierte en un compañero inseparable de nuestro día a día. Para siempre.
Sin embargo, los últimos estudios realizados sobre el efecto del uso continuado del sujetador revelan que esta prenda podría no tener tantos beneficios como pensábamos, sino que, al contrario, podría ser incluso contraproducente.